Las consecuencias nocivas del uso de sustancias durante
el embarazo y la lactancia están bien documentadas. Este conocimiento está extendido popularmente. Esto ayuda a que la mayoría de las mujeres interrumpa los consumos cuando
planifica el embarazo o cuando se dan cuenta de estar embarazadas, pero un número
importante los mantiene. Además es frecuente que se retome el uso tras el parto. En
esta entrada del blog se expondrá una visión general de los efectos del alcohol
durante el embarazo y la lactancia y de las opciones farmacológicas para el tratamiento de los trastornos relacionados. Se proponen alguna referencias
bibliográficas que pueden ser complementadas con las señaladas en otra publicación
del autor1. Antes, a modo de contexto, en la tabla 1 se enumeran algunos
factores específicos del uso de sustancias en mujeres, tomando como partida una
revisión reciente2.
Tabla
1. Mujeres y Adicciones2
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Las mujeres son
el segmento poblacional donde el uso de sustancias más está aumentando en los
últimos años.
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Aunque inician el
consumo a menores dosis que los hombres, resulta más nocivo para la salud y
la progresión hacia la adicción es más rápida.
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Con frecuencia
ocultan el consumo temiendo las consecuencias sociales y legales.
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Son más vulnerables
a ser víctimas de violencia y con frecuencia han sufrido episodios de trauma.
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CONSUMO
DE ALCOHOL DURANTE EL EMBARAZO Y CONSECUENCIAS
El consumo de alcohol a lo largo del embarazo es uno de
los factores prevenibles más importante como causa de defectos congénitos y
deficiencia mental en los países desarrollados. Este hecho es conocido desde la
antigüedad.
El etanol atraviesa con facilidad la placenta y alcanza
así niveles similares a los de sangre materna. La eliminación depende en gran
parte de la capacidad metabólica de la madre.
El consumo en el primer trimestre se ha asociado con un
aumento en la frecuencia de abortos espontáneos y con malformaciones3.
Jones y Smith en 1973 acuñaron el término Síndrome Alcohólico Fetal (SAF) bajo
el que se agrupan las más graves y frecuentes, que se enumeran en la tabla 2.
Tabla
2. Síndrome Alcohólico Fetal
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déficit de
crecimiento prenatal/postnatal
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By Teresa Kellerman.
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estatura baja
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retraso en el
desarrollo
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microcefalia
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disfunción motora
fina
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dimorfismo facial
o
pliegues palpebrales cortos
o
philtrum plano o indefinido
o
labio superior delgado
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Para definir presentaciones más incompletas se utiliza
el término “Espectro Alcohólico Fetal”, que incluye bajo peso al nacer, retraso
del crecimiento intrauterino, reducción en el coeficiente intelectual de los y
aumento de la tasa de anomalías congénitas.
El consumo a lo largo de todo el embarazo puede causar efectos
en el neurodesarrollo, sin necesidad de malformaciones asociadas, y no se ha
identificado un umbral de consumo seguro. Por esta razón y a pesar de que las
recomendaciones han sido en muchas ocasiones confusas y periódicamente se abren
debates acerca de la posibilidad de consumir pequeñas cantidades4,
la recomendación más generalizada es no beber nada de alcohol durante el
embarazo5.
TRATAMIENTO
DE LOS TRASTORNOS POR USO DE ALCOHOL DURANTE EL EMBARAZO.
Siguiendo la recomendación de no usar nada de alcohol
durante el embarazo, en los casos de consumos elevados cualquier momento es
bueno para interrumpirlos. No hay datos que orienten a que se producen
deprivaciones más complejas a pesar de que el aclaramiento del alcohol podría
estar acelerado, pero se recomienda considerar el uso de fármacos para prevenirlas6.
Y aunque tampoco se dispone de evidencias específicas sobre la seguridad de las
benzodiacepinas a dosis elevadas con retirada temprana, como suelen emplearse con
este fin, haciendo una cuidadosa consideración de las posibles consecuencias de
la deprivación y de su uso, son los fármacos más utilizados. Una alternativa
menos recomendada es Clometiazol; sus efectos son conocidos por su uso cada vez
menos frecuente como anticonvulsivo en eclampsia y preeclampsia: provoca
efectos sedantes, hipotonía muscular y apnea en el neonato.
Debe considerarse que las mujeres que presentan consumos
elevados de alcohol pueden nutrirse de forma no adecuada, con consecuencias
importantes en el desarrollo fetal. Por este motivo, se recomienda el uso de
1,4 mg/día de vitamina B1 (tiamina) durante el embarazo y algunos autores consideran el aporte de
antioxidantes como la vitamina C, vitamina E, ácido fólico, betacarotenos y
flavonoides esperando reducir las consecuencias adversas, aunque las evidencias
son escasas7.
Una de las estrategias farmacológicas habituales en el
tratamiento de los trastornos relacionados con alcohol es el uso de Disulfiram
y Carbimida, fármacos que inhiben el metabolismo de acetaldehído, producto
intermedio en la eliminación hepática de etanol, provocando una reacción
aversiva en caso de consumo de bebidas alcohólicas, que puede llegar a
reacciones graves de hipotensión, desvanecimiento e incluso muerte. Se
desaconseja su uso durante el embarazo, por el riesgo que supondría esta
reacción, por algunas evidencias que relacionan la acumulación de acetaldehído
con malformaciones y porque el embarazo ya provoca un efecto aversivo al
conocer el riesgo. También se desaconseja el uso de Acamprosato porque estudios
animales han mostrado teratogenicidad con dosis similares a las usadas en
humanos y no hay información disponible en mujeres embarazadas.
Respecto al uso de los antagonistas opioides Naltrexona
y Nalmefeno, complicarían la analgesia, existen datos que aconsejen su uso y sólo
se recomiendan cuando los beneficios sean muy evidentes.
CONSUMO
DE ALCOHOL DURANTE LA LACTANCIA, CONSECUENCIAS Y TRATAMIENTO.
Durante la lactancia, el alcohol alcanza con facilidad niveles
en leche materna paralelos a los de la sangre.
Disminuye la producción y eyección de leche materna en
contra de algunas creencias populares8. Provoca cambios en el sueño,
sedación e hipoglucemia inducida. Influye en el aprendizaje de los lactantes y
a largo plazo provoca retrasos en el desarrollo motor. Por ello también está
desaconsejado su uso durante la lactancia pero a diferencia de en el embarazo, el
lactante puede no ingerir alcohol si se ha esperado el tiempo preciso hasta que
sea eliminado y por ello pequeñas cantidades ocasionales no justifican interrumpir la lactancia. La recomendación en ese caso sería esperar al menos una hora por
cada unidad de bebida estándar antes de la siguiente toma y no realizar colecho.
En cambio, ingestas importantes diarias o atracones ocasionales (binge
drinking) sí pueden ser causa de interrupción de la lactancia natural.
Las evidencias acerca del uso de fármacos para
favorecer la abstinencia o reducir el consumo durante la lactancia son muy
escasas. Igual que durante el embarazo se desaconseja el uso de los fármacos
aversivos Cianamida y Disulfiram. La lactancia ya tendría un efecto disuasor.
Si no ha sido suficiente, quizás no lo sean los aversivos. Además es frecuente
el uso de alcohol durante el tratamiento con aversivos y aunque en la madre
podrían causar reacciones leves, en el feto los daños serían más peligrosos. Se
conoce el paso de Nalmefeno y Acamprosato a leche materna y no se conocen sus
efectos en el lactante, así que se desaconseja su uso.
Bibliografía:
1. R Oraa, M Prieto, M. J. Zardoya y
cols. Manejo de psicofármacos en los trastornos por uso de sustancias durante
el embarazo y la lactancia. Psiquiatr Biol. 2017;24:113-7. Abstract
2.
Ait-Daoud N, Blevins D, Khanna S, Sharma S, Holstege
CP. Women and Addiction. Psychiatr Clin North Am. 2017 Jun;40(2):285-297. Abstract
3.
Gupta KK, Gupta VK, Shirasaka T. An Update on Fetal
Alcohol Syndrome-Pathogenesis, Risks, and Treatment. Alcohol Clin Exp Res. 2016
Aug;40(8):1594-602. Abstract
4.
Mather M, Wiles K, O'Brien P. Should women abstain
from alcohol throughout pregnancy?. BMJ. 2015 Oct 6;351:h5232. Abstract
5.
Mamluk L, Edwards HB, Savović J y cols. Low alcohol
consumption and pregnancy and childhood outcomes: time to change guidelines
indicating apparently 'safe' levels of alcohol during pregnancy? A systematic
review and meta-analyses. BMJ Open. 2017 Aug 3;7(7):e015410. Texto completo
6.
DeVido
J, Bogunovic O, Weiss RD. Alcohol use disorders in pregnancy.Harv Rev
Psychiatry. 2015 Mar-Apr;23(2):112-21. Texto completo
7.
Cohen-Kerem R, Koren G. Antioxidants and fetal
protection against ethanol teratogenicity. I. Review of the experimental data
and implications to humans. Neurotoxicol Teratol. 2003 Jan-Feb; 25(1):1-9. Texto completo
8.
Mennella JA, Pepino MY. Breastfeeding and prolactin
levels in lactating women with a family history of alcoholism. Pediatrics. 2010
May;125(5):e1162-70.Texto completo
Rodrigo
Oraa Gil. Psiquiatra. Red de Salud Mental de
Bizkaia.
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